me gustan los hombres de todos los colores..., con el corazón al viento... al vientre..., con el rimmel abandonando los fueyes del amor..., cuando el turno se acaba en la desolación.., cuando el cielo se inscribe en la mitad de la jungla..., cada vez que callas..., cada vez que las calles te llenan..., con el semen de los basureros al viento...., y sus señales luminosas me abrazan.., para dejar el rìo del mundo..., ¡UN LUGAR DONDE SOÑAR EL AMOR!...,
...porque todo es amor..., en el sueño del hombre..., en el orgasmo del hambre que coacciona...,
..., y reaccionas con los cuerpos..., mansamente aturdido.., te duermes y despiertas...,
..., con la señal de tus ojos..., con todas les pelìculas mirándote..., y te despiertas en la piel de nadie..., y eres tù..., de pùber..., diciendote...,
"me gustan los hombres de todos los colores..., con los pies de plomo rojizo.., abanicando el espejo de los vientos..., con la mirada perdida del amor invisible..., en el encanto de los àtomos borrachos.., con el pimpollo del corazón..., en el pecho de las palomas endemoniadas..., con el clavo de olor entre los dientes..., para mirar las almejas del espacio..., con las ciènagas de los ríos..., clavando mi piel..., en el fuego de la muerte..., con el intento de mirar la piel..., cuando los ojos mandan el deseo..., cuando Teseo..., baja el lastre al fondo de la Tierra..., para que los aborígenes me amen..., con el color del sol en el viento...
"me gustan los hombres de todos los sabores..., con el símbolo de las ramas..., en los eucaliptus de las agallas..., con las tríadas del sexo..., en el espasmo de tus rezos..., con el jazmin en el llanto de la infanta..., cada vez que las dalias se conectan a tu sueño...
"cuando sòlo le importa la muerte..., al sueño de los abedules..., le haces la trampa al destino..., y naces en el último Haz:
..., hipnotizado rezas: "me gustan los hombres de todos los tamaños..., como el alma en las voces de los niños..., como los fuegos en el trompo ya sin pilas..., como las calesitas en el amor de los mendigos..., como la mitad del fuego en tu cuerpo..., como el barítono de las voces escondidas en el viento..., como las brisas bifocales del dolor..., cuando accionas las melodías del Mundo..."
y ahora te apagas y recuerdas: "me gustan los hombres de todas las caricias..., con el olor del fuego en la lengua de mis brazos.., con el olor del mirlo..., con las cavernas del amor..., apoyadas en el viento..., con el azufre azotando tu violencia..., todos los deseos de los muertos.., cuando se despedaza tu alma y Acabas."
...porque todo es amor..., en el sueño del hombre..., en el orgasmo del hambre que coacciona...,
..., y reaccionas con los cuerpos..., mansamente aturdido.., te duermes y despiertas...,
..., con la señal de tus ojos..., con todas les pelìculas mirándote..., y te despiertas en la piel de nadie..., y eres tù..., de pùber..., diciendote...,
"me gustan los hombres de todos los colores..., con los pies de plomo rojizo.., abanicando el espejo de los vientos..., con la mirada perdida del amor invisible..., en el encanto de los àtomos borrachos.., con el pimpollo del corazón..., en el pecho de las palomas endemoniadas..., con el clavo de olor entre los dientes..., para mirar las almejas del espacio..., con las ciènagas de los ríos..., clavando mi piel..., en el fuego de la muerte..., con el intento de mirar la piel..., cuando los ojos mandan el deseo..., cuando Teseo..., baja el lastre al fondo de la Tierra..., para que los aborígenes me amen..., con el color del sol en el viento...
"me gustan los hombres de todos los sabores..., con el símbolo de las ramas..., en los eucaliptus de las agallas..., con las tríadas del sexo..., en el espasmo de tus rezos..., con el jazmin en el llanto de la infanta..., cada vez que las dalias se conectan a tu sueño...
"cuando sòlo le importa la muerte..., al sueño de los abedules..., le haces la trampa al destino..., y naces en el último Haz:
..., hipnotizado rezas: "me gustan los hombres de todos los tamaños..., como el alma en las voces de los niños..., como los fuegos en el trompo ya sin pilas..., como las calesitas en el amor de los mendigos..., como la mitad del fuego en tu cuerpo..., como el barítono de las voces escondidas en el viento..., como las brisas bifocales del dolor..., cuando accionas las melodías del Mundo..."
y ahora te apagas y recuerdas: "me gustan los hombres de todas las caricias..., con el olor del fuego en la lengua de mis brazos.., con el olor del mirlo..., con las cavernas del amor..., apoyadas en el viento..., con el azufre azotando tu violencia..., todos los deseos de los muertos.., cuando se despedaza tu alma y Acabas."
